Maria Josep Colomer era hija de Josep Colomer y Girbau, de Sabadell, un fabricante de tejidos abierto y liberal, amigo personal de Picasso, al que admiraba, y de Maria Encarnació Luque, maestra de escuela. Fue precisamente su padre el que se encargó de que su hija estudiara en el Instituto de Cultura y Biblioteca Popular de la Mujer, el cual también fue su aliado cuando Mari Pepa decidió dedicarse al mundo del aviación.
Obtuvo la licencia de piloto el 19 de enero de 1931, con 18 años, lo que le supuso aparecer en la primera página del diario La Vanguardia del 22 de enero de 1931. Para llegar a hacer historia y convertirse en la primera aviadora, junto con su padre, tuvo que convencer al párroco Josep Canudas, que en aquellos momentos era el máximo responsable del aeródromo Canudas, de su determinación e implacable deseo de volar. Después de demostrar con creces que volar no era un mero capricho ni una excentricidad, Pepa Colomer fue aceptada, como la primera alumna, en los cursos de la escuela haciendo el curso a escondidas de su madre. Pocos meses después logró el título y eso supuso sólo el inicio de su breve pero intensa carrera como aviadora.
Una vez conseguido el título básico, Mari Pepa se apuntó a un curso de piloto comercial de 50 horas de vuelo, empezando a realizar algunos trabajos que iban desde lanzar propaganda por las playas desde la avioneta, hasta llevar mercancías de un lugar a otro. Paralelamente para obtener experiencia profesional y demostrar que estaba al mismo nivel que el resto de pilotos, todos hombres, participó en varios concursos de pilotos amateurs, entre ellos, el 30 de agosto de 1931, el II Concurso de Aviación de Cardedeu, en esa época muy reconocido en el mundo de la aviación civil. Incluso llegó a pilotar y aterrizar un zepelino en el aeródromo de Aeronaval, en 1932.
Con el estallido de la Guerra Civil Española, formó parte de la Escuela de Pilotos de la Generalidad de Cataluña, con el rango de auxiliar de primera categoría del Servicio Aeronáutico en el que trabajaba formando nuevos pilotos para las Fuerzas Aéreas de la República Española. El primer vuelo militar lo realizó el 2 de agosto de 1936, con la misión de lanzar folletos antifascistas sobre Barcelona. El 4 de octubre de 1936 quedó oficialmente movilizada como piloto, pero sin graduación militar, tal y como consta en el Boletín Oficial de la Generalidad. También llevó a cabo patrullas de vigilancia costera en busca de barcos y aviones enemigos, y vuelos en misiones de enlace y pagaduría en la retaguardia. Básicamente, se encargaba de llevar heridos del frente de Aragón hacia Barcelona y de transportar a gente amenazada de muerte al otro lado de los Pirineos, llegando a realizar hasta tres viajes diarios en algunos momentos del conflicto.
Al finalizar la guerra, se exilió con su profesor de aviación y futuro marido, el piloto Josep Maria Carreras i Dexeus, primero en Toulouse y finalmente en Inglaterra. Nunca volvió a pilotar un avión y cuando se le preguntaba por qué, su respuesta siempre fue que en Inglaterra no había trabajo para ella como piloto.
En marzo del año 2003, la Secretaría General del Deporte de la Generalidad de Cataluña le rindió un homenaje a su trayectoria deportiva en el mundo de la aviación. Al morir, siguiendo sus deseos, sus cenizas fueron llevadas al cementerio de Reus, donde vivían algunos familiares y amigos con los que había mantenido el contacto durante todos los años que vivió en el extranjero.
Fuente: VIQUIPEDIA