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Entrevista en Olga Noguer

Nombre: Olga

Apellidos: Noguer Ventura

Edad: 70

Puesto de trabajo: Actualmente, está jubilada, pero trabajó en la empresa Bayer Hispania Comercial en Unicolor. Primero como administrativa, después pidió traslado al departamento de Pigmentos y Colorantes del laboratorio donde estuvo seis años. Estudió Ingeniería Técnica en la especialidad de Química Industrial en la Escuela Industrial de Barcelona.

Seguramente eres una de las colegiadas más veteranas. Y, además, mujer. ¿Cómo has vivido tu trabajo en un sector, mayoritariamente, dominado por hombres?

  Realmente era algo problemático. Al ser una mujer, le costaba más que a un hombre lograr un puesto de trabajo con responsabilidad. Entre técnicos, parecía que la palabra del hombre tenía más peso específico, algo reflejo de esa sociedad. En nuestra promoción todo esto costó y éramos pocas chicas. Hoy en día, las ingenieras tienen importantes puestos de trabajo y se hacen escuchar. Actualmente, la sociedad ha cambiado muy positivamente.

Explícanos tus vivencias y si tuviste problemas para progresar.

  Yo trabajaba en la sección de Pigmentos y Colorantes de Unicolor en Bayer de Barcelona. Me casé con un ingeniero industrial y fuimos a vivir a Móra d'Ebre, cerca de Ascó, donde estaba la Central Nuclear. Podía haber entrado a trabajar en la Central pero no se veía bien que las mujeres de los trabajadores estuvieran realizando conjuntamente trabajos en la propia Central. Como yo hacía ballet desde los cinco años y necesitaba trabajar, decidí dedicarme a mi hobby y estoy feliz de la decisión que tomé en su día.

Durante más de veinte años dedicaste a la danza clásica e incluso pusiste una escuela. ¿Cómo surgió?

  Cuando tenía cinco años empecé con la danza clásica. Mi hermana fue una niña prodigio de la danza y yo lo vivía de cerca. En Móra d'Ebre, cogí un local y lo habilité para dar clases de danza clásica. Al principio, con expectación, pero poco a poco empecé a tener alumnas y las llevaba a examinar de los diferentes cursos en la Escuela Superior de Danza de Tarragona. Paralelamente, tomé clases en la escuela Santa Teresa de las Carmelitas de Móra d'Ebre. También daba clases de guitarra en el colegio Lluís Viñas. Tuve la academia de danza de 1976 a 1996.

¿Ves alguna relación entre la danza y la ingeniería?

  Un buen ingeniero debe tener la agilidad para resolver temas y problemas con inmediatez. A veces se debe tener cierto arte al utilizar el ingenio.

Ahora que estás jubilada, ¿en qué inviertes tu tiempo?

  Aún me gusta estudiar, estudio inglés y francés. También he hecho varias exposiciones de pintura al óleo y de acuarela. Me gusta y se debe a haber estado trabajando en su día con pigmentos y colorantes.

¿Qué crees que puede aportar el Colegio de Ingenieros a los nuevos colegiados? ¿A la juventud?

Creo que el trabajo que se hace desde el Colegio de Ingenieros es muy bueno. Hay charlas y cursos muy interesantes y, desde el Colegio, también se promociona el arte, con salidas para ver todo tipo de representaciones. Desde el Colegio, también se anima a que la juventud, sobre todo las chicas, estudien ingeniería: hoy en día, ya hay muchas mujeres trabajando en puestos de responsabilidad.