La proliferación de títulos de Grado en Ingeniería de la rama industrial no habilitantes

Como sabe, desde el COGITI llevan muchos años denunciando la grave situación que está provocando la proliferación de títulos de Grado en Ingeniería de la rama industrial que no otorgan atribuciones profesionales para ejercer la profesión de Ingeniero Técnico Industrial (grados no habilitantes). En este sentido, existen incluso titulaciones con denominaciones similares en diferentes universidades y que, sin embargo, unas otorgan atribuciones profesionales y otras no, lo que provoca una enorme confusión entre los alumnos, los trabajadores y la propia sociedad.

Desde el Consejo General han trasladado esta problemática a los ministerios afectados (Industria y Universidades), a los que incluso han ofrecido soluciones, pero no han obtenido ninguna respuesta por su parte, lo que lamentamos profundamente, ya que la situación no sólo sigue enquistada , sino que se agrava cada año, sin dar solución a los miles de titulados en Ingeniería sin habilitación profesional.

Para hacer visible esta problemática, el COGITI ha preparado una nota de prensa para lanzar a los medios de comunicación, que le adjuntamos, en la que se han recogido interesantes datos y gráficos sobre los matriculados, tanto en los grados en Ingeniería de la rama industrial habilitantes como no habilitantes, para que se vea la progresión desde el curso 2012-2013 hasta 2019-2020, con datos procedentes del Ministerio de Universidades.

Es el momento de modernizar las profesiones de Ingeniería, y velar por el derecho que tienen los estudiantes a decidir con criterio los estudios de Ingeniería que quieren realizar, ante la escasa y confusa información que se les ofrece por parte de las Universidades. Además, es conveniente destacar que los egresados sin habilitación se ven forzados, en la mayoría de los casos, a continuar sus estudios, lo que tiene un altísimo impacto social, no sólo por la mayor inversión de tiempo y dinero, sino además por el coste de oportunidad que supone la incorporación al mercado de trabajo, sobre todo, cuando nuestros competidores en el orden europeo y mundial lo realizan después de tres o cuatro años de estudios universitarios.